Miembro del comité de lectura del Premio Itaú de Cuento Digital 2013, organizado por Grupo Alejandría.
Nils
Runeberg hubiese tenido un destino insigne en cualquier época, salvo en
la que nació. Borges lo usa y minimiza: sus teorías, dice, son ligeros
ejercicios inútiles de blasfemia. Runeberg postula, primero, que Judas entregó
a Jesús para obligarlo a manifestar su grandeza. Después se refuta: Judas se
supo indigno y buscó el infierno para hacer feliz a su Dios, fue el máximo
asceta. Por último, al fin, Runeberg entiende. Dios se rebajó a ser hombre para
salvarnos y, como hombre, buscó el peor de los pecados: la traición. Dios fue
un hombre infame, Dios no fue Jesús, fue Judas.
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