Podría recomendar cientos de cuentos, pero en este caso,
elijo “Vecinos”, de Raymond Carver, porque trabaja con esos dos conceptos tan
importantes en literatura: el decir y
el mostrar. “Vecinos” dice poco en
términos de lo que allí está ocurriendo. Todos parecen hechos insignificantes,
terriblemente cotidianos y rutinarios, sin embargo, la atmósfera de inquietud
que se genera es un buen ejemplo de un cuento que obliga al lector a inferir
más allá de lo que se narra.
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