El cuento que, desde que lo leí, he
recomendado a todas las personas que conozco es The Harvest (“La cosecha”), de Amy Hempel. Posiblemente la mejor
heredera del minimalismo norteamericano acuñado por Tillie Olsen, Amy es lo más
cercano a una orfebre de las frases que haya visto –para eso, sugiero
especialmente que se lea en su idioma original, una vez intenté traducirlo al
español pero me aterroricé con todas las cosas que se perdían en el proceso.
Especialmente en The Harvest, el
epílogo en el que la autora reescribe y desmiente la historia que anteriormente
había desplegado, fue para mí una de las más importantes lecciones sobre
estructura, pulso, metaescritura y autoría que haya aprendido en mi vida. Hasta
el día de hoy es un material que releo obsesivamente.
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